Estaba tomándome algo, ayer día 31/05/2012, en una terraza de la Plaza España con una amiga.
De repente empezamos a escuchar cláxones que parecían perderse por las avenidas. El sonido era intermitente pero el foco comenzaba en un mismo punto.
Decidimos ir a ver, pensando que tal vez se tratara de alguna manifestación por los recortes en Sanidad. Resultaron ser un grupo de unos 10-12 personas (creí contar), que repartidos por cada uno de los semáforos en ambos sentidos, levantaban al aire pancartas con el lema "Si crees que el banco te roba,¡pita!"
Tengo que decir, que la sencilla colaboración constante de casi todos los coches que pasaban, era algo que me erizaba la piel. Me hacía pensar que parecíamos estar todos de acuerdo en algo. En realidad, creo que todos queremos cambiar el mundo pero al instante, nuestra mente nos dice "Para el carro, ¿qué puedes hacer tú?" Entonces es cuando nos venimos abajo, nos desanimamos e intentamos seguir nuestra vida como si nada pasara,cuando en realidad, le estamos haciendo caso a nuestro subconsciente programado.
En este punto tengo que asumir, que formo parte de esa parte de la población que cada vez abre más los ojos, pero que sigue sin moverse. Es más fácil quedarme en casa, joder, si yo todavía tengo casa. Es más, todavía como sin problemas y no tengo cargas familiares o financieras. Entonces me quedo en mi zona de comfort, soñando con cambiar el mundo, pero esperando que lo hagan otros.
Hay un caso del que creo hemos oído hablar todos o casi todos. Islandia, creo que ellos, aún no sé cómo, se pusieron todos de acuerdo (Todo un país) en echarse a la calle y cambiar las cosas. Funcionó, porque las grandes gestas, no las consigue uno solo. http://porunmundojusto.blogspot.com.es/2011/03/islandia-revolucion-silenciosa-pero.html
Pero es entonces cuando me agoto pensando, en qué podría hacer una persona como yo, para movilizar a un país como este. Estamos acomodados, jodidos, pero acomodados. Programados para desviar nuestra atención y que nuestra preocupación sea tener el whatsapp con cobertura, ver qué tele me compro o que gane mi equipo de fútbol.
Lo peor de todo es que han alimentado tanto nuestro Ego, que encima nos creemos con el control de todo lo que hacemos y lo que pensamos. Nos han enseñado a ridiculizar y menospreciar a aquel que se rebela o se sale de la norma. Nos han hecho limitar nuestro pensamiento hasta creer que se trata de un partido político y otro, de una ideología u otra. Nos han hecho creer que la cosa no está tan mal...joder, mis padres podían comer, tener una casa e hijos y a la vez salir por ahí. Mi madre se encargaba de la casa y sus hijos y mi padre era fontanero. Ninguno estudió carreras, másters, posgrados, especializaciones, certificaciones... Entonces comparativa, lógica y sinceramente, creo que la cosa sí que está mal, muy mal.
Lamentablemente temo, que para que un ejecutivo se eche a la calle junto a un chaval con la oreja dilatada y rastas, la situación deba ser tan sumamente mala que hasta sea tarde. La razón es sencilla: Si a mí la crisis ahora no me está afectando, para qué carajo voy a moverme y arriesgar mi estabilidad.
Lo más triste de todo, es sentir escalofríos cuando toda una avenida se llena de pitos por un cartel, y no darnos cuenta de que quizá somos la única especie que dejó de comprender, que colaborando hacia un mismo fin común, somos capaces de hacer cualquier cosa que se pueda soñar, somos capaces de evolucionar.
Imaginad unos 47 millones de personas sencillamente...pitando ¿No es escalofriante? Entonces imaginadlas, cada una con sus sueños, problemas e historias, pero unidas por una misma razón: Avanzar hacia un mundo mejor
Tengo que decir, que la sencilla colaboración constante de casi todos los coches que pasaban, era algo que me erizaba la piel. Me hacía pensar que parecíamos estar todos de acuerdo en algo. En realidad, creo que todos queremos cambiar el mundo pero al instante, nuestra mente nos dice "Para el carro, ¿qué puedes hacer tú?" Entonces es cuando nos venimos abajo, nos desanimamos e intentamos seguir nuestra vida como si nada pasara,cuando en realidad, le estamos haciendo caso a nuestro subconsciente programado.
En este punto tengo que asumir, que formo parte de esa parte de la población que cada vez abre más los ojos, pero que sigue sin moverse. Es más fácil quedarme en casa, joder, si yo todavía tengo casa. Es más, todavía como sin problemas y no tengo cargas familiares o financieras. Entonces me quedo en mi zona de comfort, soñando con cambiar el mundo, pero esperando que lo hagan otros.
Hay un caso del que creo hemos oído hablar todos o casi todos. Islandia, creo que ellos, aún no sé cómo, se pusieron todos de acuerdo (Todo un país) en echarse a la calle y cambiar las cosas. Funcionó, porque las grandes gestas, no las consigue uno solo. http://porunmundojusto.blogspot.com.es/2011/03/islandia-revolucion-silenciosa-pero.html
Pero es entonces cuando me agoto pensando, en qué podría hacer una persona como yo, para movilizar a un país como este. Estamos acomodados, jodidos, pero acomodados. Programados para desviar nuestra atención y que nuestra preocupación sea tener el whatsapp con cobertura, ver qué tele me compro o que gane mi equipo de fútbol.
Lo peor de todo es que han alimentado tanto nuestro Ego, que encima nos creemos con el control de todo lo que hacemos y lo que pensamos. Nos han enseñado a ridiculizar y menospreciar a aquel que se rebela o se sale de la norma. Nos han hecho limitar nuestro pensamiento hasta creer que se trata de un partido político y otro, de una ideología u otra. Nos han hecho creer que la cosa no está tan mal...joder, mis padres podían comer, tener una casa e hijos y a la vez salir por ahí. Mi madre se encargaba de la casa y sus hijos y mi padre era fontanero. Ninguno estudió carreras, másters, posgrados, especializaciones, certificaciones... Entonces comparativa, lógica y sinceramente, creo que la cosa sí que está mal, muy mal.
Lamentablemente temo, que para que un ejecutivo se eche a la calle junto a un chaval con la oreja dilatada y rastas, la situación deba ser tan sumamente mala que hasta sea tarde. La razón es sencilla: Si a mí la crisis ahora no me está afectando, para qué carajo voy a moverme y arriesgar mi estabilidad.
Lo más triste de todo, es sentir escalofríos cuando toda una avenida se llena de pitos por un cartel, y no darnos cuenta de que quizá somos la única especie que dejó de comprender, que colaborando hacia un mismo fin común, somos capaces de hacer cualquier cosa que se pueda soñar, somos capaces de evolucionar.
Imaginad unos 47 millones de personas sencillamente...pitando ¿No es escalofriante? Entonces imaginadlas, cada una con sus sueños, problemas e historias, pero unidas por una misma razón: Avanzar hacia un mundo mejor
Bueno, veo que andamos un poco por la misma línea, estoy tan de acuerdo con lo que expones, que poco puedo comentar, me ocurre un poco lo mismo, se me eriza la piel con determinados actos simbólicos, estoy indignada, pero poco hago, y sin embargo esa es nuestra única fuerza, unirnos con un fin común; difícil, pero no imposible.
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